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»A Efraín lo conozco, e Israel no me es desconocido; pero ahora resulta que Efraín se ha prostituido, y que Israel se ha contaminado. Como en ellos habita el espíritu de prostitución, no me conocen a mí, el Señor su Dios, ni piensan en volverse a mí.»

La arrogancia de Israel le desmentirá en su propia cara; Israel y Efraín caerán por su pecado, y Judá caerá también con ellos.

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